Ubicada en la periferia de Barrio Franklin, su selección, precios y constante renovación de discos la convierten en un recomendado absoluto.
Los que acostumbramos ir a por vinilos los fines de semana al Persa Víctor Manuel, Barrio Franklin – o sencillamente «el Bío»-, generalmente sabemos de memoria la ruta a seguir por las clásicas disquerías y puestos, los que han ido en aumento cada vez más.
Pero vinilos no sólo se encuentran en el clásico galpón de la calle Víctor Manuel. Si eres busquilla, descubrirás que discos hay por todas partes, y si existe alguien que conoce de memoria esos rincones donde encontrar joyas vinileras, ese es César Borquez, un nativo del barrio que conoce, habla y respira el funcionamiento particular que tiene el barrio.

A César, que bautizó su mini disquería FacundRock en honor a su pequeño de menos de un año, lo encuentras en calle Bío Bío #554, en plena vereda y anexado al negocio familiar de almuerzos, refrescos y empanadas, donde la predilecta es la camarón-queso.
FacundRock calza perfecto con el concepto de picada de discos. Si bien no se caracteriza por ofertar discos en «cantidad» -ya que se compone por apenas dos cajas de discos-, lo que la distingue es una buena y selectiva variedad, con excelentes precios y renovación constante de material para lo cual César se esfuerza cada fin de semana por nutrir los cajones con más de alguna joyita.

El catálogo que no supera las 200 unidades, se arma en base únicamente de la selección meticulosa de su dueño, con discos que van desde vinilos chilenos de cumbia, hasta rock progresivo. La gracia es que este melómano sabe bien lo que contienen sus bateas. Un día puedes encontrarte con un disco de Los Vikings 5 por $12.000, o el segundo álbum de Al Di Meola, sellado y de época, por apenas $10.000. Y es que César suele conocer perfectamente cuando el azar y su olfato lo llevan directamente a una gema que puede superar en el mercado los 50 mil pesos, y aún así lo venderá a un precio «aterrizado».
«Cuando salgo a matutear temprano por las mañanas, de vez en cuando salen joyitas que consigo en buen estado y por dos mil o tres mil pesos. Por eso los vendo baratos en mi puesto, para tener contenta a la clientela y destacarme por eso, de tener discos a precios más que justos, muchas veces regalados», dice César, cuya estrategia de negocio es mover el material a buenos precios y así ir rotando su stock de manera rápida y fluída.

Otras buenas razones para visitar este sitio es que César vende equipos vintage como parlantes, ecualizadores, amplificadores y tornamesas, de manera tal que siempre está sonando algún vinilo en el lugar. Esto da a sus clientes la posibilidad e escuchar y probar los discos, un servicio que el público agradece y que no se encuentra en cualquier disquería.
Por supuesto no va a faltar la recomendación de este caza-vinilos profesional, cuyos conocimientos musicales los fue heredando desde pequeño de su padre. Porque otra de las características que podemos garantizarles de esta particular picada, es su excelente atención acompañada probablemente de una buena conversa.
No puede estar mejor redactado, muchas gracias amigo por tan bello reportaje
Excelente Cesar mañana vamos con Mijail a escuchar un buen vinilo junto al mejor sandwich del Persa preparado por Gladys bonita