La reproducción análoga puede resultar más compleja de lo que uno pudiese pensar, especialmente en el ámbito de los vinilos. Y es que ciertamente hacer sonar un disco de gran formato o LP, reúne muchos más factores a diferencia por ejemplo, de darle play a un disco compacto digital.
Por esta razón, iniciarse en la cultura del vinilo suele traer muchas desilusiones y decepciones que llevan a muchos a abandonar tempranamente su afición por los vinilos. Y es que son varios los aspectos a considerar, algunos de los cuales corresponden a errores comunes que pasaremos a identificar y revisar, así como las alternativas que tenemos para aplicar algunas soluciones.
Mugre o suciedad como sinónimo de ruido
Una de las principales causas que provocan que un disco suene mal e incluso salte, es que esté sucio. Y suponer que un disco nuevo y sellado está además limpio, no siempre es acertado debido a que el vinilo igualmente puede contaminarse durante su proceso de prensado (de hecho hay marcas de productos de limpieza como Tegikleen que recomiendan limpiar los discos nuevos antes de reproducirlos).
Basta cualquier partícula alojada en el surco para que la reproducción falle, ya sea por ruidos molestos o saltos de la aguja. Por tanto, lo primero que debiéramos de hacer cuando tengamos este tipo de problemas, es limpiar el disco.
Las ventajas de mantener un disco limpio son varias, ya que garantizamos una reproducción lo más cristalina posible, a la vez que estamos de paso cuidando la aguja, componente delicado e importantísimo dentro de la cadena de audio y que adivinen… también requiere de mantenimiento periódico para que trabaje de manera óptima.
Cómo limpiar un disco
Las opciones para limpiar un disco de vinilo son variadas, y van desde el uso de escobilla con cerdas antiestáticas para remover polvo en seco, hasta líquidos especiales. Lo importante es que cualquiera de estos métodos sirve y ayuda.

Si no tienes a mano un líquido especial, puedes preparar el tuyo en casa mezclando tres partes de agua destilada (jamás agua de grifo), con una parte de alcohol isopropílico y añadir si gustas un par de gotas de detergente o jabón líquido neutro por cada litro de mezcla.
Otra opción es invertir en una máquina de lavado en mojado, que suelen incorporar kits de limpieza con líquidos especiales y cepillos. Aquí lo importante es no mojar la etiqueta para evitar que se despegue o destiña, y secar con paño especial de microfibra, que son iguales o similares a los que se utilizan para limpiar gafas.
También existen otras máquinas como las de succión tipo aspiradora, mecanismo que también implica mojar el disco y que la gracias es que aspiran al final del proceso para succionar la mugre a la vez que secan el disco con aire.
Pero si hay algo en que los expertos coinciden es que lo mejor para estos efectos es el sistema de limpieza ultrasónico, el cual consiste en sumergir el disco en agua destilada y someterlo a las ondas ultrasónicas. Funciona mediante vibraciones que producen microburbujas y que son las que se encargan finalmente de eliminar toda partícula de polvo y suciedad acumulada, un método muy recomendado especialmente para discos usados. Para conocer más acerca de este sistema, te invitamos a leer la nota «Limpieza de vinilos por ultrasonido, el mejor mecanismo para una escucha de calidad».
Si bien es el más efectivo, el lavado con ultrasonido está dentro también de los métodos más caros, aunque debemos señalar que contar con una de estas máquinas es una excelente inversión, especialmente si eres un coleccionista acérrimo. Si estas interesado en adquirir una, recomendamos la Humminguru Ultrasonic Vinyl Record Cleaner, de origen coreano y que distribuye en Chile Gira2.cl.

Finalmente, para que tus discos se mantengan limpios, reemplaza las fundas de papel por sobres antiestáticos, y considera almacenarlos de manera adecuada, siempre en posición vertical (para evitar que se deformen), y en una zona seca, libre de polvo y sin humedad.
Componentes decalibrados
Si no es una mugre lo que hacía saltar tu disco, lo más probable es que tu tornamesa requiera calibración urgente. Y es que la reproducción análoga supone exactitud y precisión para que la punta de la aguja lea correctamente el surco del disco, y sin dañarlo.
Lo más recomendable sin recurrir a un técnico necesariamente, es consultar tutoriales en Youtube sobre «cómo calibrar brazo de tornamesa». Para ello, recomendamos además contar con herramientas útiles para estos efectos, como una pesa especial para cápsulas, que servirá de mucho al momento de chequear y ajustar de manera exacta el peso del cartucho.
Lo que hay que tener muy claro es que un brazo descalibrado, antiskating del equipo mal ajustado, o una cápsula mal instalada con el peso incorrecto, va a influir de manera negativa en la reproducción, ya sea saltando el surco (generalmente ocurre con contrapesos livianos, es decir, que el brazo entrega menos peso a la cápsula para leer el disco), o dañándolo irreparablemente, ya que una aguja mal calibrada tiende a cargar el surco de manera dispareja, estropeándose tanto disco como aguja.
Una vez que calibres tu brazo y cápsula, de seguro comenzarás a disfrutar de tu música favorita sin saltos. Pero ¿qué pasa si mi tornamesa no tiene control de ajustes?
La gran problemática de los tocadiscos portátiles
En el contexto del boom o revival que ha tenido el formato long play en los últimos años, no solo en Chile sino en el mundo entero, es común que los usuarios se sientan atraídos o tentados por adquirir sistemas de reproducción básicos y de bajo costo, y que por lo mismo son máquinas de mediocre desempeño y mala calidad de audio.

Lamentablemente, el error más común es contar con este tipo de equipos o tocadiscos, ya que más temprano que tarde caeremos en cuenta de que sirven más como bello adorno que como reproductor, especialmente cuando notes que compraste un disco nuevo y la aguja se pega o salta en la mejor parte de tu canción favorita.
Si tu disco se salta y eres propietario de una de estas máquinas tipo maleta, o cualquier otro tocadiscos que no cuente con control de peso, ajuste de antiskating y calibración de cápsula, la única solución es cambiarla por una tornamesa que cumpla con estos estándares mínimos para garantizar la buena reproducción del disco.
¿Qué hacían nuestros padres y abuelos en los sesenta y setentas?
Desde luego que en tiempos en que el vinilo era el amo y señor de las disquerías, las buenas tornamesas con brazo ajustable, cápsula intercambiable y control de antiskating no estaban al alcance de cualquier persona. Por lo tanto, era de lo más normal y común que los discos saltasen, y nadie corría de regreso a la tienda a exigir la devolución del dinero o el cambio del disco.

¿Qué hacían entonces? Colocaban una moneda en el cabezal de la cápsula para cargar la aguja y forzarla a que leyera el disco. En general funcionaba como solución parche, pero lamentablemente el mayor perjudicado era el disco de vinilo, por lo que si tienes un mínimo afecto por tus discos, nunca lo hagas.
La cultura del vinilo tiene muchos aspectos entre ellos la fidelidad de la reproducción. Exactamente como indicas, antiguamente los tocadiscos eran el último recurso para escuchar discos y los que no teníamos recursos para adquirir un buen sistema de sonido, intentamos de hacer lo imposible para escuchar nuestros discos favoritos, entre ellas , la famosa moneda en la cápsula.
Muy buen artículo.