Surcos en cuarentena #6: «Sacros» – Los Sacros (Shadoks 098, 2008). Originalmente editado en Chile en 1973.

Somos tres seres comprometidos con el hombre
comprometidos con nuestra cultura, con nuestra realidad
entregamos nuestra esencia por la humanidad
dejando nuestro canto por la eternidad
vivimos el nuevo ser sembrando nuestra verdad
luchamos por una sociedad justa que haremos vibrar.
Despierta el gran gigante dormido,
ya no lo podemos negar
es por eso que entregamos, el despertar.

Este es el texto que acompaña al poster/insert original del único disco publicado por la banda chilena Los Sacros. Formados en Santiago en 1966, eran parte de esa camada de bandas fogueadas en los festivales de rock escolares del sector oriente de Santiago. Lo ganaron en 1968, en parte gracias al apoyo del cura de la Iglesia de la Divina Providencia que les dejó ensayar libremente en las instalaciones del edificio a cambio de que musicalizaran las misas dominicales. El contacto con los sacerdotes más la inspiración de la arquitectura sacrosanta, no sólo le dio sentido al nombre de la banda, sino que además a un repertorio donde rescataban composiciones de Bob Dylan y The Byrds, músicos que también exploraban la religión en sus letras.

Los Sacros en sus permanentes apariciones en los Festivales de la Canción organizados por los liceos del sector oriente de Santiago.

Hacia los 70 esta espiritualidad de Los Sacros se amplió a la cosmovisión indígena latinoamericana (en la mejor canción del LP, Quetzacoatl, cantan «Tu tiempo llegó, Quetzacoatl/ América tuya será» en honor al dios emplumado mesoamericano) e incluso cierta influencia del budismo (el disco abre con un breve instrumental titulado Aum, uno de los mantras más sagrados de las religiones dhármicas). El contexto político-social era ineludible, y también hay espacio en la imaginería de la banda para la contingencia como lo demuestra su canción Cobre, pobres viejos («Miren el cobre cantando / libre de manos ladronas / cantan a su dueño chileno / dueño como tú, nuestro al final»).

El sonido de Los Sacros se emparenta al de otras bandas chilenas de la misma generación como Los Blops y especialmente Congregación (La realidad podría ser perfectamente una canción firmada por Antonio Smith), precisamente dos agrupaciones con una búsqueda espiritual similar al del trío conformado por Patricio Panussis (voz y guitarra), Hernán Valdovinos (voz y bajo) y Tomás Roberto Herrera (batería y percusión).

Al igual que la banda de Smith, Los Sacros fueron reclutados por Julio Numhauser, el imprescindible director artístico del sello IRT (Industria de Radio y Televisión), siempre dispuesto a fichar a bandas fuera de los circuitos más comerciales. Bajo las órdenes de Franz Benko entraron al estudio de grabación en 1973 y sumaron como músicos invitados al mismo Numhauser y Freddy Anríquez (Sol de Chile, Sol y Medianoche) en coros y Alejandro Rivera en quenas. El arte estuvo a cargo de Hernán Valdovinos, bajista de la banda. La fecha de lanzamiento estaba programada para el 18 de septiembre de 1973. En otras palabras, nunca hubo lanzamiento. Como muchos otros proyectos discográficos, el Golpe de estado cívico-militar liderado por Pinochet lo impidió.

Patricio Panussis (voz y guitarra), Hernán Valdovinos (voz y bajo) y Tomás Roberto Herrera (batería y percusión) posando para la fotografía que ilustraba el poster interior en la edición original de IRT.

Las 500 copias originales fueron requisadas por las nuevas autoridades de IRT al mismo tiempo que los integrantes de Los Sacros eran forzados a un indeseado quiebre: Valdovinos y Herrera abandonan Chile comenzando un largo exilio (Valdovinos se convertiría en un reputado pintor, activo hasta hoy), mientras Panussis se queda en el país y gracias a su insistencia, consigue clandestinamente unas pocas copias de su disco. Con ganas de seguir haciendo música, forma parte de Miel, una de las bandas pioneras en el genero progresivo chileno, pero la abandona al año para continuar con su propia senda musical, justo en el lado correcto del new age.

Los Sacros se han reformado en algunas ocasiones para dar puntuales presentaciones en vivo, respondiendo a las ganas de una nueva generación por re descubrir la música de una banda que pudo ser algo más que una víctima de su violento contexto.

*En 2008 los alemanes de Shadoks Music lanzaron la única reedición en vinilo que existe a la fecha. Aún se pueden encontrar copias nuevas en el mercado online de vinilos.

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