Canales de música: buscando vinilos en Ámsterdam

Siendo un país relativamente pequeño para los estándares europeos, Holanda alberga la feria de vinilos más grande del mundo, la Record Planet, evento que este año se muda a la ciudad de Hertogenbosch, después de más de 25 años con sede en Utrecht. Este dato ayuda a entender la gran cantidad de disquerías desplegadas en las principales ciudades de la tierra de Vang Gogh y Rembrandt. Según el sitio Vinyl Hub, Holanda cuenta con 289 tiendas de discos (más que las de España, un país que lo cuadruplica en su tamaño), la mayoría de ellas concentradas en su capital, la hermosa y acuática Ámsterdam.

El plan original de este cronista era dedicar un día completo a recorrer algunas decenas de estas cientos de tiendas, pero compromisos familiares redujeron la búsqueda a algunas horas. Mirando el lado positivo, permitió concentrarme más en los catálogos de las disquerías visitadas, además de dejar la puerta abierta a una segunda parte con visitas a nuevos locales. Mi preferencia es hacer rutas que puedan ser recorridas a pie, evitando el transporte público, principalmente por dos razones: una, conocer mejor la ciudad; y dos, evitar los costos monetarios asociados al transporte público, que no es poco. Mejor destinarlo a discos. La bicicleta es una excelente opción, pero este servidor no es un ciclista muy ducho y eso en Ámsterdam es equivalente a meterse a la Ruta 5 sin saber cuál es el acelerador y cuál el freno.

1- Waterlooplein (Waterlooplein 2, 1011 NZ Amsterdam)

Mercado persa al aire libre asentado en el mismo lugar desde el siglo XIX. Como buen persa, hay de todo, y con decir todo, eso incluye a los vinilos. Hoy por hoy el lugar está con algunas reformas, por lo que me pareció más disminuido que en ocasiones anteriores por lo que fue una visita breve concentrado en dos puestos. El primero,  de antigüedades con una breve pero contundente sección de discos del cual me llevé por €5 una linda edición americana de época de Runt. The Ballad Of Todd Rundgren segundo LP del genio de Filadelfia. El otro puesto estaba dedicado completamente a los vinilos y en él se reflejaba el gran plus del Waterlooplein: los precios. No es raro encontrar selecciones entre €2 y €4 con nombres esenciales como Black Uhuru, Devo o Pet Shop Boys. De estos últimos me llevé el compilado de lados B y remixes Disco por módicos €2. Muchos discos de estas bateas se encuentran en un estado regular, por lo que es aconsejable revisarlos bien. Al ser precios tan accesibles, la selección -si bien amplia- está compuesta de títulos que probablemente ya formen parte de la colección de un o una consumada vinilera. Ahora, si estás partiendo con tu colección, es una oportunidad inmejorable de hacerte de varias sandías caladas a precios inmejorables.

2- Record Mania (Ferdinand Bolstraat 30, 1072 LK Amsterdam)

Muy cerca de la fábrica de cervezas Heineken, se aposta esta tienda con una buena selección de discos usados y nuevos. Tal como en el Waterlooplein, hay varias cajas con discos a entre €1 y €3, muchas de ellas apostadas en plena calle para seducir con precios bajísimos. Yo al menos no me pude resistir a un So de Peter Gabriel: uno de esos discos que tenía pendientes por si aparecía una buena oportunidad y claramente ésta era. El interior de la tienda despliega una selección de rock-pop ordenada alfabéticamente que ocupa toda la sala principal. Precios dentro del rango y una selección bastante completa, aunque no fascinante.

Me fui directo a la sección de World Music ya que el (triste) pasado colonialista de Holanda lo liga a la música asiática e incluso de Latinoamérica, con las llamadas Guyanas Neerlandesas. No encontré mucho de aquello, pero sí de música chilena y es que Holanda fue uno de los países que más activamente articuló grupos de solidaridad para las víctimas de la dictadura de Pinochet, además de darle asilo a varios músicos nacionales. Dos bandas fueron particularmente activas en el circuito de los Países Bajos: Amankay (de los ex Barroco Andino Patricio Wang y Renato Freyggang) y Lautaro. De estos últimos me traje su disco debut homónimo editado por CA de RE, aparentemente el sello que la misma banda fundó en Holanda. También seleccioné el compilado Hart Voor Chili (El corazón para Chile), disco editado por el sello holandés Vrije Muziek, una especie de subsidiaria de DICAP dedicada casi exclusivamente a reediciones de títulos de la Nueva Canción Chilena. El disco que compila clásicos de Inti Illimani, Aparcoa, Víctor Jara, Isabel y Ángel Parra, entre otros, fue financiado por el Partido Radical por lo que el disco abre con el himno del conglomerado cantado por los Quilapayún. Los discos costaron €5 cada uno.

Visité además una tercera sección dedicada a los discos caros y raros. Nada me llamó mucho la atención, salvo unos tentadores box sets en CD de la serie Unsurpassed Masters dedicado a los Beach Boys, pero seguí adelante ya que el día se trataba de vinilos.

El (tercer) mundo en unas bandejas

3- Concerto (Utrechtsestraat 54- 60, 1017 VP Amsterdam)

Si tuvieras que elegir una y solo una tienda para tu visita a Amsterdam, ésta es. Concerto fue fundada en 1955 como tienda de instrumentos musicales, pero de a poco las cajas de vinilos usados fue apropiándose del lugar. Hoy la tienda ocupa cinco, sí, cinco edificios del centro de la ciudad los que puedes recorrer a tu antojo entre subterráneos, zócalos y segundas plantas. Hasta un acogedor café alberga el local.

Con respecto al catálogo, es sencillamente impresionante (y apabullante). Un par de edificios albergan la colección de vinilos nuevos y reediciones; otro vinilos usados y el resto se divide entre cd’s, libros y cafetería. La oferta es tan amplia que para abarcar todo el catálogo habría que estar el día completo, incluso un poco más; casi como un buen museo. Con los antecedentes antes mencionados sobre Holanda y su relación con la Nueva Canción Chilena, me fui directo a la sección de Música del Mundo en los vinilos usados y ahí, en una perfecta etiqueta blanca (todo, absolutamente todo está etiquetado) estaba la palabra Chile. La cosecha fue Héctor Pavez, Charo Cofré y un tesoro de Pedro Yáñez acompañado con el guitarrón de Santos Rubio, El canto del hombre editado por Alerce en 1977. Los precios eran más altos que en las disquerías previas, pero el estado de los discos era prístino y, como el disco de Yáñez, no siempre tan fácil de encontrar.

Con el tiempo limitado, fui directo a la sección de discos nuevos ya que buscaba el debut de los holandeses Altin Gün que había sido recientemente reeditado. Por supuesto, ahí estaba. Al lado, la batea de música africana excepcionalmente bien provista para una tienda promedio de la cual sumé dos producciones de la siempre cumplidora Awesome tapes from Africa: Shaka Bundu de Penny Penny y Obaa Sima de Ata Kak, a quien conocí gracias a un entretenido documental a cargo de Red Bull. ¿Los precios? El promedio de discos nuevos, entre €18 y €25 en el caso de los dobles. Feliz con los discos, me fui de Concerto no sin antes comprar una (estupenda) bolsa para sellar mi amor por esta tienda que ese día, desde sus vitrinas, rendía tributo al recientemente fallecido Charlie Watts.

Un lindo homenaje a la leyenda: Charlie Watts

4- Red Lights Records (Oudezijds Achterburgwal 133, 1012 DG Amsterdam)

Ubicado en el turístico Barrio Rojo, Red Lights Records podría definirse como el perfecto opuesto de Concerto. Es un local pequeño de dos ambientes, el superior con una tornamesa en la que el personal va pinchando discos -generalmente los nuevos arribos del catálogo electrónico- mientras que la planta baja acoge una sencilla selección de vinilos usados que a primera vista, apenas supera las tres cifras. Lo que podría considerarse una desventaja, es la gran virtud de Red Lights. La fina, informada y exquisita selección de discos es un deleite. A cada movimiento de dedos sabes que lo que viene va a valer la pena, lo conozcas o no.

Los géneros predilectos de la tienda son la electrónica, el experimental, el kosmische y música latina con un fuerte acento en la música brasileña.  Me eché al bolso el disco Nada del alemán Peter Michael Hamel, tecladista y pianista colaborador de bandas kraut como Agitation Free y Between; y el clásico Red Buddha del virtuoso percusionista japonés Stomu Yamashita, rebautizado para este disco como Yamash’ta ya que los ingleses pidieron cambiar la fonética de su apellido, muy similar a la palabra “Shitter” (cagadero). Ambos discos por €10 cada uno. Inmejorable. El catálogo de es tan acotado, de copias únicas y títulos mezquinos, que es prácticamente imposible encontrarse con lo mismo en la siguiente visita. Parafraseando a Heráclito, en Red Light Records no es posible bañarse dos veces en el mismo río.

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