La Yellow Magic Orchestra es la consumación del trabajo colectivo de tres de las mentes más creativas e inquietas de la música nipona. Al contrario de lo que comúnmente se cree, la YMO no fue la banda de donde salieron Ryuichi Sakamoto, Haruomi Hosono o -el injustamente siempre relegado- Yukihiro Takahashi. Todo lo contrario: la YMO es la consecución natural de una trayectoria previa bastante prolífica pese a la juventud de los tres músicos, la que quedó plasmada en sendos trabajos solistas (especialmente los del camaelónico Hosono) o como músicos de sesión en algunos de los discos fundamentales del folk y la psicodelia japonesa (vaya como ejemplo esa gema titulada Benzaiten o los trabajos de Hosono como bajista de Apryl Fool o Happy End).
La YMO fue la catalizadora de las inquietudes musicales que los tres artistas estaban explorando de forma individual: por un lado, las posibilidades de la electrónica y por otro, una verdadera obsesión con lo que occidente llamaba “exótica lounge”, una música que no era otra cosa que una apropiación del sonido asiático abordándolo como una rareza y que tanto éxito le trajo a gente como Martin Denny, Arthur Lyman o Les Baxter (quien llegó a versionar a Violeta Parra buscando esos sonidos del tercer mundo). Como lo declaró Hosono, «los músicos de ‘exótica’ apreciaban algo de muy lejos, y algo distinto. Yo quería ser ese mundo exótico«. Así que ¿quiénes más aptos que ellos para adaptar todo ese “orientalismo” que les era propio por derecho con vanguardistas sonidos de electro pop? El talento musical más esta cuota de humor y kitsch consciente (de ahí el “yellow” de su nombre), crearon una fórmula mágica y la YMO se convirtió rápidamente en un fenómeno masivo de la música japonesa, adelantándose varios años al género de las boy bands del J-pop.

Pese a que la idea original era reunirse para hacer un único álbum (el homónimo Yellow Magic Orchestra editado por Alfa en 1978), el tremendo éxito de la banda, los compromisos de giras, además del obvio entendimiento musical y creativo, extendieron la vida de la banda por siete años (1978-1984) con una breve reunión en 1993. Fue mientras la Yellow Magic Orchestra aún vivía donde Hosono, Sakamoto y Takahashi (con colaboraciones cruzadas en prácticamente todas ellas) editaron sus respectivas obras maestras en una discografía en solitario que en sumatoria supera los 150 discos. Sin duda una banda que es algo más que sólo “los Kraftwerk japoneses”, aunque pensándolo bien, deben existir pocos calificativos tan elogiosos como ese.
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Solid State Survivor es su segundo disco como colectivo, donde firman dos de los singles más conocido de la banda: “Rydeen” y “Behind the mask” que Michael Jackson versionaría para su disco Thriller, aunque no llegó a publicarse por problemas de derechos; el tema no vería la luz hasta un compilatorio post mortem del malogrado rey del pop. Destaca también el cover de “Day Tripper” de The Beatles, un primo hermano del “(I Can’t Get No) Satisfaction” que Devo despacharía un año antes en su LP debut.